Ricardo Ramón Guasch, hijo argentino de inmigrantes catalanes, se muda allí en búsqueda de nuevas oportunidades y abre la “Ferretería”, a la que le coloca su nombre en la fachada. El trato cotidiano y la relación cercana con los productores de la zona le permitió conocer sus necesidades para poder abastecerlos de todo lo que requerían para su trabajo. La cercanía con la estación era estratégica, ya que en esa época, el ferrocarril era el único medio capaz de transportar las producciones locales, además de ser la vía principal por la cual viajaban personas, noticias y correo.
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Una década después de su apertura, el local que Ricardo siempre llamaría “la ferretería”, había superado ampliamente el rubro. En ese entonces, contaba con la representación de las cosechadoras McCormick Internacional y la distribución de combustibles y lubricantes Shell. Además, realizaba el acopio de granos, lanas y cueros de la región, para luego comercializarlos con las casas exportadoras de Buenos Aires.
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El trato diario con los productores de la zona le permitió detectar una oportunidad en el procesamiento y clasificación de semillas de alfalfa. En los años ‘50, comienza a comercializarlas, algo que cambiaría el porvenir de las futuras generaciones. La producción obtenía un excelente rinde en el valle bonaerense del Río Colorado, por sus ventajas agroclimáticas, y una alta aceptación en las cuencas tamberas de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.
A mitad de década, Ricardo, siempre en busca de nuevas oportunidades, se muda a la ciudad de Buenos Aires, emprendiendo en el transporte de mercadería por camiones, en tiempos en que todo el comercio se realizaba por tren. Esta idea llegó, tal vez, de forma anticipada a su época y no tuvo los frutos deseados. Mientras tanto, en la empresa de Mayor Buratovich, comenzaban a tener participación sus hijos: Ubaldo, Jorge y Humberto.
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Con el negocio en sus manos, los tres hermanos deciden implementar cambios para poder concentrarse en un solo rubro y mantener el crecimiento. La primera transformación, y más importante, fue la especialización en semillas. Se focalizaron en la comercialización de semilla de alfalfa, unidad que en ese entonces ya aportaba más de la mitad de las ganancias de la compañía. Dejar de lado otras categorías fue una decisión audaz que demostró ser la correcta. Esto les permitió concentrar sus esfuerzos en una sola actividad durante la etapa de inicio para crecer con más fuerza. Este cambio también se vio reflejado en nuestra marca que, en 1971, como culminación de todo el proceso cambia de Ricardo Guasch a Semillera Guasch, facilitando la identificación a los clientes.
Una vez afianzada la comercialización de alfalfa, comenzamos a explorar nuevas líneas de negocio, con el mismo espíritu innovador que marcaría el fundador de la compañía. Como siempre, los estudios de mercados consistían en tener charlas sinceras con los clientes y socios con el fin de conocer sus necesidades, identificar tendencias y anticipar al mercado; para luego buscar soluciones superadoras que beneficien a todos los actores de la cadena.
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La década posterior al cambio de estrategia brindó excelentes frutos. Hacia 1980, ya contábamos con líneas de productos de pasturas y césped. Un crecimiento que presentó nuevos desafíos que requerían más recursos y una mejor conexión. En 1981, culmina el proceso de traslado de la planta agroindustrial de acondicionamiento de semillas a Bahía Blanca, ciudad que poseía mayor infraestructura de comunicaciones y disponibilidad de transporte.
Las flamantes instalaciones nos permitieron contactar a nuevos clientes de todo el país y ofrecer un servicio mucho más eficaz a los existentes. En 1991, comenzamos la actividad de criadero, presentando y comercializando nuestro primer cultivar de sorgo forrajero híbrido. Este proceso había comenzado años antes, cuando poseíamos la representación oficial de una compañía internacional para la venta de estos híbridos en el sur bonaerense. La empresa nos delegaba el desarrollo y comercialización de las semillas, mientras que ella se encargaba del cultivo. Luego de unos años con este sistema, decidimos que era el momento de tener una producción propia bajo los parámetros de calidad que nos caracterizan. Así, iniciamos nuestra división de híbridos de cultivos extensivos que hoy cuenta con sorgo forrajero, sorgo granífero, maíz y girasol.
En 1996, se integra una nueva generación de la familia Guasch a la organización, la cual llegaría con ideas frescas. En esos años, la división de hortalizas para el uso profesional tuvo un mayor impulso mediante tres medidas: La introducción de nuevos materiales a través de la importación de semillas, la creación de programas de multiplicación de semillas con agricultores locales y, por último, el fraccionamiento y envasado de todos estos productos bajo una marca propia de la empresa. El crecimiento de la producción y la oferta de productos demandaba más espacio para la gestión operativa. Por lo cual, en 1998, construimos un nuevo depósito de 1.200 metros cuadrados, sector que hasta ese entonces compartía edificio con la planta de acondicionamiento realizada en la mudanza de 1981.
Como en toda empresa argentina, la crisis del 2001 fue una época difícil, un momento de repensar la organización, de encontrar nuevas soluciones y de realizar cambios para mantener a flote la firma que cumplía 30 años. Algunas líneas fueron pausadas y enfocadas principalmente en las necesidades del sector agropecuario. Por otro lado, sustituimos parte de los productos que se importaban por producción argentina, incentivada por la propia firma. En ese entonces, fortalecimos el desarrollo local de alfalfa, festuca alta, raigrás perenne, pasto ovillo, al igual que aquellas especies de hortalizas que eran posibles de cultivar localmente.
El desarrollo de productos bajo la dirección de nuestros profesionales nos llevó a crear nuevas marcas propias para facilitar la identificación de estas semillas por parte de los usuarios. Es así que nacen: Letho, dedicada a huerta familiar, y HomeGarden, especializada en césped. Si bien la venta de semillas destinadas a usuarios hogareños existía desde hacía un tiempo, Letho recién vio la luz en 2003. Desde los comienzos, dado el reconocimiento que poseían las semillas con fines profesionales, se interesaron personas que deseaban cultivar sus alimentos. Luego de un extenso desarrollo, comenzamos a comercializar semillas de hortalizas bajo la marca Letho, en envases con el contenido óptimo para la huerta familiar y con la información necesaria para que el público hobbista obtenga excelentes resultados.
En 2005, la compañía ya se encontraba estabilizada y creciendo de nuevo. A pesar de todas las turbulencias, la empresa nunca perdió la impronta de oír a sus clientes e innovar con el objetivo de ofrecer soluciones de vanguardia.
Desde un largo tiempo atrás, algunas de las semillas que tenían como destino la producción, eran compradas para alimentar pájaros domésticos, como canarios, cardenales o pájaros silvestres. Esto despertó la curiosidad hacia dentro de la compañía que comenzó a investigar junto a expertos cómo mejorar el grano utilizado para alimento. En 2007, agrupamos a todos estos productos bajo la marca Napostá, una unidad dedicada a la nutrición animal natural. En base a estudios realizados con especialistas, creamos conjuntamente formulaciones según las necesidades de cada especie.
En esos años también comenzamos la investigación y desarrollo de tecnologías de vanguardia. Durante el 2008, presentamos ante el mercado argentino el primer inoculante para semillas de soja con marca propia. Este fue el nacimiento de Zaden, la unidad de negocios especializada en tecnologías aplicadas a la agricultura y a los cultivos. Actualmente, cuenta con casi una decena de productos, mientras nuestros profesionales continúan desarrollando nuevas soluciones.
En la siguiente década, la empresa se consolidó recibiendo el reconocimiento del sector agropecuario y siendo un referente en diversos rubros, desde el uso profesional al uso familiar. Logramos, por ejemplo, el liderazgo en retail de césped y la exportación de productos de marca propia a otros países de forma continua.
En 2021, cambiamos nuestro nombre de Semillera Guasch a simplemente Guasch, lo que nos permite abarcar bajo una misma marca a nuestras unidades de negocio: Semillas, Agrotecnologías y Alimentos para Pájaros.
Hoy en día, seguimos explorando oportunidades con el ADN que nos hizo crecer desde nuestros inicios. Muchos de los que conformamos Guasch, somos segunda y tercera generación dentro de la empresa, manteniendo el mismo compromiso de siempre: brindar la mayor calidad, cumplir con la palabra y explorar nuevas soluciones para los clientes.